miércoles, 21 de abril de 2010

VIII CONGRESO DE LA CENTRAL CAMPESINA CARDENISTA


En memoria del fallecimiento del General Emiliano Zapata, los campesinos agrupados en la Central Campesina Cardenista celebraron los trabajos de su XVII Congreso Nacional, que contó con numerosas personalidades de la política nacional, como son el C. Martín Esparza (Secretario General del SME), el C. Carlos Galindo (Secretario de Relaciones del STUNAM), el dip. Martí Batres, el senador Carlos Navarrete, ambos del PRD, etc.

Su dirigente, el C. Max Correa, señalo que los campesinos e indígenas han aportado su gran esfuerzo para construir la economía del país y hacer lo que parecía imposible a lo largo de la historia de la Nación: Durante el mandato del General Lázaro Cárdenas del Río, con estricto apego a la legalidad constitucional, los campesinos fuimos actores y punto de apoyo de una gran obra que parecía imposible: el reparto agrario de 18 millones de hectáreas, la expropiación petrolera, el desarrollo de la industria, el impulso a la infraestructura hidráulica, el apoyo para la organización de los trabajadores y campesinos, la educación socialista, la fundación del instituto Politécnico Nacional y la Universidad de Chapingo, entre otros hechos históricos relevantes, que dieron muestra de su política nacionalista, antiimperialista, y ejemplar defensa de la soberanía nacional.

Actualmente, el modelo económico actual es económico, social, ética y políticamente injustificable e insostenible. Es el caldo de cultivo de la desesperanza de los jóvenes y del crecimiento incontrolable del crimen organizado. Este fracaso histórico no se corregirá por sí mismo y requiere la voluntad política de todos los sectores del país.

El campo está destrozado. Ejemplos son muchos pero señalo el despojo acelerado de las tierras y el patrimonio campesino, especialmente de los pueblos indios, en aras de un supuesto progreso energético, turístico, industrial o urbano: Se compra la tierra ejidal y comunal en centavos de peso y se vende en dólares por supuestos empresarios. Totalmente ajeno a los intereses y derechos de los poseedores originales de las tierras, como los casos la Parota en Guerrero y el proyecto energético eólico del Istmo de Tehuantepec, en los cuales no fueron consultadas las comunidades afectadas.

Ante este panorama, de su posicionamiento básico se derivan dos criterios fundamentales:

1. Los campesinos y productores deben tener capacidad de vivir con dignidad, libertad y justicia con su trabajo, y el Estado tiene la obligación de garantizar las condiciones que lo hagan posible; y

2. El Estado tiene la obligación de establecer condiciones que aseguren la soberanía y seguridad agroalimentaria y nutricional de toda la sociedad.

En consecuencia, se busca la modernización del campo mexicano que considere a los campesinos como sujetos de desarrollo y no como objetos del mismo, con iniciativas creadoras donde hombre y naturaleza puedan convivir en beneficio de ambos. Por lo tanto, impulsaran el desarrollo rural sustentable como una herramienta que permita a las nuevas generaciones contar con un ambiente mejor al que hoy tenemos, promoviendo y defendiendo los derechos de la tierra.

Finalizo mandando un mensaje de unidad, donde organizados y luchando en torno a este plan podrán hacer realidad que ¡OTRO CAMPO ES POSIBLE!.

-F.S.U.

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