Triste es darse cuenta, una y
otra vez, que la delegación sindical actual lejos de aprender, termina por
evidenciar su falta de capacidad para conseguir acuerdos que beneficien al
conjunto de trabajadores del Plantel 8.
Y, esto, viene a colación ante
tan infortunada declaración por parte de nuestra representante sindical en que,
a pesar de no haber obtenido la representatividad necesaria (mediante votos)
para lograr formar parte de la terna propuesta por la Corriente Roja para
representantes sindicales al XVI Consejo General de Representantes, haya
declarado en la reunión matutina de dicha expresión política que estaba conformando
una “planilla alterna” para dichas elecciones.
Desde mi punto de vista, alejado
de todo principio político, donde lo más importante es sumar y multiplicar (y
no dividir o restar), esa declaración logró evidenciar la falta de pericia en
este aspecto. El descontento fue generalizado y las reacciones, por los
personajes que se encontraban en dicha reunión, eran de esperarse.
Lo que resulta más complejo de
entender es el por qué de esa decisión; a pesar de la gran capacitación político-sindical
que dice poseer, esta elemental frase (“Sumar y multiplicar, no restar y
dividir”) parece no tener cabida en ella. Por eso, resulta comprensible más no
justificable el que se haya ausentado de la reunión en la tarde, donde
pareciera no contar con el apoyo necesario para conformar una planilla.
Se prevé una ruptura interna,
pero no provocada por la Corriente Roja en sí, sino por un total
desconocimiento de la base que la conforma y por una serie de hechos que, de
manera directa, afectan o afectaron a los trabajadores. Contradiciendo el fin
sustantivo de las delegaciones sindicales, al ser “sus representantes”, y
limitarse a ser meros organizadores de reuniones.
Quizás ese sea el error más
significativo de la delegación sindical que termina: el alejar la
representatividad de los trabajadores de los temas laborales relevantes.
Mientras nuestra representante iniciaba su período en una franca lucha contra
la administración (que podía ser justa, o no, pero que debió llevarse a cabo
utilizando otra estrategia), los otros, mejor se dedicaron a realizar actividades
paralelas, olvidándose del liderazgo que les habían otorgado los trabajadores
y, por ende, olvidándose de proponer soluciones a los conflictos laborales que
se tienen en este plantel.
Pero, como siempre, el error debe
ser compartido también por la base trabajadora porque cuándo se pudo hacer algo
para mejorar, siempre mostraron la apatía y la poca capacidad para proponer, características
de estos tiempos.
Por ello, se deben hacer las
reflexiones justas ante estos procesos electorales que siguen dividiendo a los
trabajadores. Porque, si en la Corriente Roja se da esto, las otras opciones
dejan mucho más que desear: por una parte, una planilla conformada por
familiares y allegados a ésta y, por otra parte, una planilla que logró colocar
a un delegado, cuya actuación dejo con poca credibilidad a su expresión
política.
Y, a fuerza de ser sinceros: Lo
mejor para los trabajadores de la Preparatoria 8, por los tiempos que se viven
en ella, sería el conformar una planilla, emanada de una sola reunión, sin
expresiones políticas, donde sean electos nuestros representantes sindicales y
el resto de las subcomisiones.
Personas que se han comprometido con el bienestar colectivo, subcomisionados que respetaron el reglamento del cargo que ostentan e hicieron un buen papel, trabajadores interesados en unificar a la base, para beneficio de todos, y enfrentar de esta manera los tiempos complejos que se avecinan, existen en este plantel. Quizás sean los menos, pero existen. Empero el ego de algunas personas o los intereses creados por algunas expresiones políticas, hace de esta propuesta una utopía más en este largo y sinuoso camino para la elección de representantes.
-[H2A]
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