- Plantean una nueva central obrera que revierta la desigualdad.
- La actual administración panista, la que más desempleados deja, reclaman.
La conmemoración del Día del
Trabajo se convirtió en un acto en contra del PAN y del PRI, en el que se llamó
a los trabajadores a dar un voto de castigo a los partidos que han quebrantado
la nación, a cobrarles la factura y vetar a sus candidatos.
Di no a la Mota, No regales tu
voto al PRI-AN, Los indignados de Mexicana también votamos, decían algunas de
las pancartas de los decenas de miles de trabajadores de sindicatos independientes
durante la movilización.
En la que consideraron la última
marcha del Día del Trabajo de la era panista, los candidatos también estuvieron
presentes, mediante un performance en el que trabajadores, disfrazados con
máscaras y atuendos de estos políticos, a codazos y patadas se disputaban una
silla con un águila de cartón en el respaldo.
También hubo muñecos de cartón
con las figuras de los aspirantes del PAN, Josefina Vázquez Mota, y del PRI,
Enrique Peña Nieto, con leyendas en repudio a sus candidaturas.
La movilización congregó en el
Zócalo capitalino a más trabajadores que los pasados años; se sumaron más
sindicatos a la protesta, los cuales marcharon desde el Eje Central.
EL IFE ALTERNO
Participaron también
organizaciones campesinas y sociales. Ahí, en medio de rechiflas hacia el
régimen calderonista, se llamó a conformar una nueva central de trabajadores,
que permita revertir la política antilaboral del panismo, y se anunció que se
organizará un IFE (Instituto Federal Electoral) alterno, porque ya se cocina
otro fraude.
Un contingente de trabajadores
llegó de luto, cargando ataúdes hechizos; eran los empleados de Nacional
Financiera, que denunciaron que su fuente de trabajo se está muriendo.
Los grupos más numerosos fueron
los sindicatos de telefonistas, de los electricistas, de los pilotos y de los
trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Todos coincidieron
en que el próximo primero de julio los trabajadores deben optar por el cambio
de rumbo político, económico y social del país.
En los discursos, en camisetas,
mantas y pancartas, los manifestantes hicieron señalamientos de que Felipe
Calderón no ha sido el presidente del empleo, sino el de la sangre, del
antisincalismo, el que más obreros pobres o desempleados deja, el que ha
intentado imponer una reforma laboral regresiva, el que no resolvió las huelgas
mineras y el que puso en la calle a los electricistas.
Acusaron que el actual gobierno
impide que Mexicana regrese a volar, y quiere llevar a cabo una ilegal
evaluación de los maestros. Aquí evaluemos a su gobierno, ¿que calificación le
dan? Preguntó un orador, y la respuesta unánime fue: ¡Cero!
Lo electoral se antepuso al
reclamo obrero. Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas;
Agustín Rodríguez, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional
Autónoma de México, y Pedro Hernández, dirigente de la sección 9 del SNTE,
integrada a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, llamaron
al pueblo y la base trabajadora a cobrarles la factura al PAN y al PRI, a no darles
ni un voto, pues de llegar a la Presidencia de la República se convertirán en
verdugos de los trabajadores.
Esparza exhortó a no anular el
sufragio, porque el único beneficiado será el tricolor, que hará valer su voto
duro.
En cambio, propuso apoyar al
único que ha hecho compromisos con la clase trabajadora: Andrés Manuel López
Obrador. También anunció que, para impedir otro fraude, pondrán en marcha un
IFE paralelo de los trabajadores. Agustín Rodríguez fue quien pidió el veto
contra los candidatos que representan más de lo mismo.
Las pancartas reflejaban también
el repudio de los sindicalistas a los partidos: Si eres mexicano no permitas
que estos partidos sigan saqueando a México: PAN-PRI, Josefina y Enrique,
sinónimos de corrupción. Por aquello de que este sería el último primero de
mayo de los gobiernos panistas, los trabajadores independientes acuñaron una
nueva consigna ¡Ya se van, ya se van, y no volverán!
La plaza se llenó con los
integrantes de los sindicatos independientes. No faltó el coro de No pagues
luz, y las sonoras rechiflas contra Elba Esther Gordillo y el presidente
Calderón.
El mitin lo cerró el Tribunal
Internacional de Libertad Sindical, que hizo un pronunciamiento por el Día del
Trabajo –que leyeron Laura Mora, de la Universidad Castilla-La Mancha, de
España, y el asesor sindical de Uruguay Hugo Barreto–, el cual señala que
México se ha convertido en el mejor ejemplo de cómo el nuevo alud neoliberal
destruye puestos de trabajo, derechos humanos y conquistas laborales.
-Patricia Muñoz, Carolina Gómez y
Laura Poy
(Periódico La
Jornada, Miércoles 2 de mayo de 2012, p. 2)
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